Es normal que sueñe la mayoría de mis noches cuando duermo. No son ajenos a ellos las cosas vividas y todas son bellas. Cada vez que despierto de mis sueños, he descubierto que ellos se alimentan de mi vida. De las cosas vividas a lo largo de los años. He tenido la suerte de haber pasado por momentos maravillosos que, todos sin excepción, han quedado grabados en mi mente. Duermo. Duermo y sueño. Y sueño cuando despierto.
.
Mis sueños como el de todos, tan necesarios para mi vida, son como una muerte diaria. La vida, los sueños y la muerte. Que delgado hilo separa los estados.
.
No hubo rutinas en mi mundo... no las hay en mis sueños. Mis sueños son caminos que me conducen a lo bello. A la libertad de mi mente donde todo se libera.
.
Cada vez que despierto, sea de noche, ya de día, me doy cuenta que mis noches no son largas, que sólo sirven para mantenerme dormido y recuperar mis fuerzas, para liberarme de presiones y dejarme llevar por lo bello. Y digo bello porque no tengo que fijar mi esfuerzo en otra clase de sueño. Sueño bello cuando duermo.
.
Pero sueñe lo que sueñe, llega un instante en que mi sueño se llena de ti. Se llena del mar, de las olas, de la arena, de unos pies caminando donde rompen las olas, de dos manos asidas con amor, de una casita mirando al mar y... siempre tu dentro de él, junto a mí. Juntos los dos.
.
¿Tendré que fijar todo mi esfuerzo en otro sueño del que volveré a despertar, sin duda alguna? Nunca te lo dije, pero en cada uno de mis sueños, en cada pequeña muerte diaria, dejo un verso en forma de canción que siempre quise regalarte, además de un beso y un guiño de complicidad.
.
Volveré a dormir. Volveré a soñar. Pero a veces me pregunto ¿Volveré a encontrarte en mis sueños? Porque mañana u otro día, quizás no despertaré ya más.
.
Mis sueños como el de todos, tan necesarios para mi vida, son como una muerte diaria. La vida, los sueños y la muerte. Que delgado hilo separa los estados.
.
No hubo rutinas en mi mundo... no las hay en mis sueños. Mis sueños son caminos que me conducen a lo bello. A la libertad de mi mente donde todo se libera.
.
Cada vez que despierto, sea de noche, ya de día, me doy cuenta que mis noches no son largas, que sólo sirven para mantenerme dormido y recuperar mis fuerzas, para liberarme de presiones y dejarme llevar por lo bello. Y digo bello porque no tengo que fijar mi esfuerzo en otra clase de sueño. Sueño bello cuando duermo.
.
Pero sueñe lo que sueñe, llega un instante en que mi sueño se llena de ti. Se llena del mar, de las olas, de la arena, de unos pies caminando donde rompen las olas, de dos manos asidas con amor, de una casita mirando al mar y... siempre tu dentro de él, junto a mí. Juntos los dos.
.
¿Tendré que fijar todo mi esfuerzo en otro sueño del que volveré a despertar, sin duda alguna? Nunca te lo dije, pero en cada uno de mis sueños, en cada pequeña muerte diaria, dejo un verso en forma de canción que siempre quise regalarte, además de un beso y un guiño de complicidad.
.
Volveré a dormir. Volveré a soñar. Pero a veces me pregunto ¿Volveré a encontrarte en mis sueños? Porque mañana u otro día, quizás no despertaré ya más.
.
© 2003-2010, Armando Maronese
Miércoles, 11 de junio de 2003
Sábado, 20 de marzo de 2010
© 2003-2010, Armando Maronese
Miércoles, 11 de junio de 2003
Sábado, 20 de marzo de 2010
.
No hay comentarios:
Publicar un comentario