Pues sí, era yo quien te estaba observando mientras, sentada en el borde de tu cama, pasabas la crema en tus pies. Sólo te diste cuenta cuanto levantaste los ojos y los clavaste en los míos. Esos, tus ojos, de mirada dulce, muy dulce pero abrasadora. Y mientras miraba tu hermosura pensaba cuanto me hubiera gustado ser yo quien te pasara la crema. Y tu te diste cuenta y sutilmente, tus ojos me invitaron a hacerlo. Lo hice y noté tu estremecimiento, el cual hice mío. Y eso siempre lo haré aunque a veces no te des cuenta de ello, aunque te quieras alejar, pues de una forma u otra siempre estaré en ti, en tus pensamientos, en tu quehacer diario, en tus momentos de relax o de trabajo, en tus momentos de esparcimiento junto a tus amigos. Y entre ellos, sin que nadie se de cuenta, me verás.
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Me provoca tu mirada, tu ternura, tu forma de ser, el sonido de tu voz... tu interior. Tus sentimientos son nobles, tiernos, sublimes.
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Pero noto con tristeza que te vas, que quieres apartarme de tu mente. Quizás me ames como yo lo hago, no lo sé, aunque aparentas sólo quererme pero deseas inconscientemente que me acerque. Cuando estoy me apartas todo lo que puedes, pero cuando me aparto te inquietas.
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A veces, cuando te alejas, divago por esos caminos que tiene la vida, quienes me encierran y me atrapan. Entonces miro al cielo y el gris plomo de tu ausencia está conmigo. La tristeza me embarga cuando tu no estás y el llanto silencioso me acompaña, aunque en lo mas profundo de mi ser sé que regresarás.
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Pensándote, te he pintado de mil maneras diferentes. Te he pintado en todas las estaciones del año. Vaya donde vaya, al campo, al mar, caminando sin rumbo fijo, siempre estás, reflejando tu espíritu de vida como reflejaste en mi interior la semilla del amor que brotó un día, y que fue creciendo cada día más hasta volverte indispensable.
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Ha llegado el invierno amor y todo se viste de gris, pero el sol y el calor de tu belleza lo plasmo en mi mente constantemente y eso hace que el frío en mi interior no sea tanto. Mis manos no se cansan por sostener tus tiempos en mi mente y en mi corazón.
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Rugen las olas del mar. Está bravo y me acongojo. Entre ellas y la niebla creo ver tus ojos y los míos brillan con la esperanza. Las gaviotas se oyen a lo lejos, que murmuran celos. A lo lejos se escuchan ¿Las oyes?
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Cuando llegue a puerto seguro encenderé los leños... esos, que pusiste antes de irte dejando en ellos la esperanza. Quiero calentar el frío que ha quedado con tu ausencia. Descanso junto al fuego y dentro de mi corazón siento que el invierno no será mi frío, pues tu amor será al fin mi refugio que tanto deseo y entonces, pintaré tus manos con las que me acaricias, y pintaré tu amor hasta el desvelo.
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¿Mi vida? No conocía el significado de esa palabra hasta que te adentraste en ella. Ahora estoy desorientado, porque me hiciste conocerla en profundidad pero sin ti estoy solo ¿Y sabes? Tengo celos del viento que acaricia tus cabellos, tengo celos de otros ojos que te miran, del agua que riega tus labios, acaricia tus hombros y tus senos. De la noche que abriga tu ser. De tus sueños, del sol que abraza tu cuerpo. De tus ansias de amor. De las estrellas que te miran, sin querer ¿Recuerdas nuestras estrellas?
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Mis sentimientos son más grandes que un te quiero, mucho más... ya pasaron de un te quiero... ya pasaron al amor ¿Y por qué? Porque tienes un interior demasiado bello, sensible, delicado, sano y me lo has abierto a mí muchas veces. Pero además de tu interior, eres hermosa para mí... tus ojos, tu mirada, tu boca, el sonido de tu voz, la manera de acariciar mis manos. Y yo hago de todo esto un conjunto armonioso... porque estás compuesta como todos, de tu interior y de tu exterior. Pero tu interior es mucho más importante para mí, porque es lo que te hace mujer y mujer te quiero. Yo sé que lo tuyo no es amor pero no importa... yo te seguiré esperando hasta mi muerte. Te amo demasiado y nadie, pero nadie, podrá prohibirme amarte como lo siento.
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Me provoca tu mirada, tu ternura, tu forma de ser, el sonido de tu voz... tu interior. Tus sentimientos son nobles, tiernos, sublimes.
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Pero noto con tristeza que te vas, que quieres apartarme de tu mente. Quizás me ames como yo lo hago, no lo sé, aunque aparentas sólo quererme pero deseas inconscientemente que me acerque. Cuando estoy me apartas todo lo que puedes, pero cuando me aparto te inquietas.
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A veces, cuando te alejas, divago por esos caminos que tiene la vida, quienes me encierran y me atrapan. Entonces miro al cielo y el gris plomo de tu ausencia está conmigo. La tristeza me embarga cuando tu no estás y el llanto silencioso me acompaña, aunque en lo mas profundo de mi ser sé que regresarás.
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Pensándote, te he pintado de mil maneras diferentes. Te he pintado en todas las estaciones del año. Vaya donde vaya, al campo, al mar, caminando sin rumbo fijo, siempre estás, reflejando tu espíritu de vida como reflejaste en mi interior la semilla del amor que brotó un día, y que fue creciendo cada día más hasta volverte indispensable.
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Ha llegado el invierno amor y todo se viste de gris, pero el sol y el calor de tu belleza lo plasmo en mi mente constantemente y eso hace que el frío en mi interior no sea tanto. Mis manos no se cansan por sostener tus tiempos en mi mente y en mi corazón.
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Rugen las olas del mar. Está bravo y me acongojo. Entre ellas y la niebla creo ver tus ojos y los míos brillan con la esperanza. Las gaviotas se oyen a lo lejos, que murmuran celos. A lo lejos se escuchan ¿Las oyes?
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Cuando llegue a puerto seguro encenderé los leños... esos, que pusiste antes de irte dejando en ellos la esperanza. Quiero calentar el frío que ha quedado con tu ausencia. Descanso junto al fuego y dentro de mi corazón siento que el invierno no será mi frío, pues tu amor será al fin mi refugio que tanto deseo y entonces, pintaré tus manos con las que me acaricias, y pintaré tu amor hasta el desvelo.
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¿Mi vida? No conocía el significado de esa palabra hasta que te adentraste en ella. Ahora estoy desorientado, porque me hiciste conocerla en profundidad pero sin ti estoy solo ¿Y sabes? Tengo celos del viento que acaricia tus cabellos, tengo celos de otros ojos que te miran, del agua que riega tus labios, acaricia tus hombros y tus senos. De la noche que abriga tu ser. De tus sueños, del sol que abraza tu cuerpo. De tus ansias de amor. De las estrellas que te miran, sin querer ¿Recuerdas nuestras estrellas?
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Mis sentimientos son más grandes que un te quiero, mucho más... ya pasaron de un te quiero... ya pasaron al amor ¿Y por qué? Porque tienes un interior demasiado bello, sensible, delicado, sano y me lo has abierto a mí muchas veces. Pero además de tu interior, eres hermosa para mí... tus ojos, tu mirada, tu boca, el sonido de tu voz, la manera de acariciar mis manos. Y yo hago de todo esto un conjunto armonioso... porque estás compuesta como todos, de tu interior y de tu exterior. Pero tu interior es mucho más importante para mí, porque es lo que te hace mujer y mujer te quiero. Yo sé que lo tuyo no es amor pero no importa... yo te seguiré esperando hasta mi muerte. Te amo demasiado y nadie, pero nadie, podrá prohibirme amarte como lo siento.
2009, Armando Maronese
S, 27-06-2009
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