domingo, 8 de febrero de 2009

Mi vida en gris

Llueve en la ciudad y estoy tan triste, que los grises se mezclan con mi alma. Cada gota que cae me recuerda el sabor amargo de las lágrimas. Camino sin sentido por las calles, sólo escucho una voz en mis oídos. Que lástima, que muerde mis entrañas, porque dice que ya todo esta perdido El murmullo de la gente ya no escucho, ni el chasquido de baldosas a mi paso, sólo siento un gran frío que se cuela, no hay abrigo que pueda soportarlo Sólo oigo un latir enloquecido de un corazón que ruge desangrado. Se deshace en cada golpe, ya se muere, mas no deja de sentir lo que ha pasado...
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Armando Maronese
(Septiembre de 2007)

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